Cocinando con Filo....

Hacia tiempo que tenía ganas de hacer algo con pasta filo, y después de ver en la tele un par de recetas me terminé de decidir. Al final no hice ninguna de ellas pero me sirvieron de punto de partida.

El sábado hice una tarta rapidísima. Vamos que no hay excusa para no hacerla. Es tarta totalmente para principiantes. De hecho cogí un pequeño atajo con uno de los ingredientes……

Ahí va la receta:

TARTA DE PASTA BRICK



Ingredientes:


2 láminas de pasta brick
1 natilla de vainilla
1 galleta tipo Digestive
1 puñado de pasas sin pepitas
1 puñado de frutos secos variados sin tostar y sin sal
Mermelada de frambuesa
Mantequilla
Azúcar glasé, canela en polvo y jengibre en polvo

Preparación:


Empezamos desmenuzando en un bol las galletas (no mucho, está mejor si quedan trocitos). Y lo mismo con los frutos secos (yo los machaqué un poco en el mortero, pero también dejando trocitos mas o menos grandes). Podéis utilizar los que más os gusten, yo he echado almendras, avellanas, anacardos y almendras.






Con la ayuda de una brocha untamos con mantequilla fundida una de las láminas de pasta y colocamos otra encima. Sobre esta segunda lámina también ponemos un poco de mantequilla. Podéis utilizar margarina pero con mantequilla el sabor siempre es mejor. también está la opción de no echar nada de grasa pero es una pasta que se seca con facilidad y viene bien humedecerla con mantequilla.



Y empezamos a echar los rellenos. Con el primero he utilizado un atajo. En lugar de hacer una crema pastelera he optado por utilizar una natilla de vainilla. Sí, de esas que le doy a la peque de postre, de esas que estáis pensando. Extendemos la natilla y encima distribuimos lo que teníamos en el bol (galleta, pasas y frutos secos). Repartimos también algo de mermelada encima. Yo no soy muy golosa así que no he echado mucha y además he optado por la de frambuesa que tiene un punto acido, pero podéis usar fresa, melocotón, albaricoque,… la que más os guste (o la que tengáis por casa que esta es una buena receta de aprovechamiento).




Y a cerrar la tarta como más os guste. Para cerrarla podéis ayudar a que se pegue untando con mantequilla fundida (tampoco hace falta que echéis un kilo sólo lo necesario para que pegue). Los pliegues los he dejado hacia abajo para que no se abriera al hornearse.



Si queréis hacer una tarta más grande podéis colocar un par de capas en la base de un molde, echar el relleno (duplicando o triplicando la cantidad, al gusto) y después colocáis otras dos capas encima (untadas con mantequilla y cerrando los bordes para que no se salga el relleno y quede más bonita).

Y al horno a 180º hasta que se dore. Yo primero lo precalenté a 200º. Porque no eran demasiadas capas de pasta y no quería que se escapara la natilla. Si la hacéis con más capas de pasta (el pastel griego de espinacas y feta suele llevar cinco láminas debajo y otras tantas encima) tardará un pelín más. Pero es rápida.



Y fuera del horno dejamos un par de minutos sobre una rejilla y la decoramos con azúcar glasé y canela en polvo. Yo le eché también un poquito de jengibre molido. No mucho porque si no podría matar el resto de sabores, pero un poquito le da un buen toque.



A mi me gusta comerla templada porque es cuando más crujiente está (caliente cruje aún más pero …… quemarse tampoco es el objetivo)

On egin




Comentarios

Entradas populares