AZURMENDI 2016
El sábado estuvimos comiendo en el Azurmendi. Era mi regalo de cumpleaños. 40 no se cumplen todos los días!!! La verdad es que ha sido una experiencia increíble. Desde el principio hasta el final. Y mira que la cosa pintaba mal porque habíamos tenido algún problemilla con la hora de la reserva y ya solucionado eso cuando vamos a salir del garaje resulta que la puerta no abre!!!. Menos mal que el Corsita estaba fuera y no tuvimos que pedir un taxi.... A Urko el "contratiempo" le vino muy bien porque así pudo dar buena cuenta del crianza en la comida ya que si llevamos el otro coche tendría que traerlo de vuelta él.
Nada más llegar al parking me llamó positivamente la atención una cosa: los coches eran normales. Es que siendo un 3 * me daba miedo encontrarme con un montón de gente estirada. y la verdad es que para nada. Clientes normales y personal muy agradable. La verdad es que nos hicieron sentir supercómodos.
Y ya voy al meollo de la cuestión: LA EXPERIENCIA. Sí, así, con mayúsculas.
El primer aperitivo es el hall de entrada que como podéis ver en esta foto que saqué desde la puerta de acceso al comedor no es precisamente un entorno frío.
Nos fueron explicando todo lo que íbamos a hacer. la verdad es que era como una baile en el que todos bailaban perfectamente organizados.
El primer acto fue un picnic.
Brioches fritos rellenos de anguila ahumada. Sencillamente increíbles. Unos bombones de txakoli. Menos mal que te avisan de si hay que comerlo de un bocado o más. Un interior superdulce pero sin ser empalagoso. Nada de golpe de alcohol. Muy rico. Y luego unas galletas creo que de espinacas (jolín ya no me acuerdo) con remolacha. Muy bueno todo. También txakoli con el que lo acompañamos.
El primer acto ya nos deja una sonrisa dibujada en el rostro. Pero el segundo me dejó cara de boba. De boba feliz.
Nos pasaron a la cocina y la verdad es que espero que la chica que nos acompañó y dio la explicación de lo que íbamos a probar allí me disculpe si no le hice mucho caso, es que estaba en la cocina del Azurmendi!! Y estaba viendo a Eneko Atxa emplatar! Como para hacerle caso. Mil disculpas.
Y disculpas a vosotros también porque no hice fotos. estaba demasiado pasmada. Probamos una recreación de una avellana y un cóctel creo que de hibisco (si ya digo que estaba embobada).
Y de ahí al invernadero. Cuatro entrantes alucinantes que dan muestra de la capacidad creativa de Eneko Atxa. Lo primero un morokil a base de maiz y malta. Dulce. Y si te tapan los ojos sabes perfectamente que es maiz. Yo no había oído hablar nunca del morokil pero nos dijeron que era una bebida tradicional. Cuando se lo comenté en casa a mi madre dice que ella siempre oyó a mi padre hablar de él, de que lo bebía cuando era pequeño. Pues mira por donde ahora yo también lo he probado. Después unas galletas de hierbas rellenas de queso azul. Increíbles. De ahí pasamos a un algodón de azúcar con esparrago liofilizado. Sorprendente la manera en la que el sabor del típico algodón de azúcar de las ferias da paso a un sabor intenso a espárragos. Y por último una hoja finísima de setas. El aroma a tierra y a setas en increíble desde el primer momento.
Del invernadero tampoco saqué fotos. Estaba ensimismada con las explicaciones y los sabores. Creo que descubrí que tengo más de cinco sentidos y estaban todos mas que despiertos!.
Y ya del invernadero nos pasaron al comedor, donde pudimos continuar disfrutando. Como podéis ver hasta el bolso fue bien atendido. Le pusieron un banquito y todo.
Aceituna helada y vermout. Sabor intenso a aceituna y muy refrescante. La tierra era de aceituna negra y los palitos también. lo que no se comían eran las ramas y hojas verdes. Menos mal que avisaron.... Y para beber un cóctel de vermout.
Huevo cocinado a la inversa y trufado. Sencillamente una explosión de sabor. No me extraña que sea uno de los platos de los que más se habla.
Junto con el huevo nos sacaron pan de leche de caserío y descubrimos (bueno, nos descubrieron) que la aceitera de la mesa contenía aceite de oliva de La Rioja para mojar el pan en ella. Anda que si me dicen que voy a ir a un restaurante de 3* y me van a dar pan con aceite... Pero si encima me dicen que me encanta...
Centollo al natural, emulsión e infusión. Sabor intenso a mar. Sencillamente insuperable. Me encanta cómo te explican la manera de comerlo. Nos dijeron que lo mezclásemos todo, también la cayena.
Más pan, esta vez pan de hogaza. Pan de pueblo. Del de verdad....
Coliflor, huevos fritos y trufa. Coliflor en tres texturas: crema, caviar y crujiente. Sobre finas láminas de trufa y con mas trufa rallado al momento por encima. Y a ambos lados dos huevos fritos. Aunque no lo creáis las dos bolitas que veis son dos huevos fritos que estaba buenisimos. Ya me hubiera comido una ración sólo de ellos (aunque otro día porque la verdad es que el menú llena).
Bogavante asado y descascarillado sobre aceite de hierbas y meloso de cebollino. Sobre una base de aceite texturizado, unos puntos de la mayonesa de cebollino, el bogavante asado y encima un cucurucho de cebollino que tenia bogavante en su interior. Cremoso y muy bueno.
Cochinillo frito y ligeramente picante con 3 quesos vascos en tres texturas. Un cochinillo suave y meloso frito en una especie de tempura con un ¿ligero? toque picante. Lo pongo entre signos de interrogación porque al menos el mío picaba bastante. Tenía queso Idiazabal, Carranzano y Etxano en varias texturas: esferificación, cremoso y crujiente. Me gustó todo por separado, pero creo que sobraba queso. Mas que un cochinillo con queso era un queso con cochinillo. Estaba muy bueno pero con tanto queso más parecía un entrante.
Rape, costra de ibérico y setas “al ajillo”. Estaba rico. El rape tenía una textura perfecta y las setas estaban buenísimas. A mi lo que no me gustó fue el foie de rape que veis a la izquierda de la imagen.
Pato asado, guiso de trigo, manzana y rúcula. Uno de los mejores patos que he comido. Hecho en su punto (mira que hace años también en Azurmendi en una comida de empresa en Navidad me lo sacaron tan crudo que pude mantener una breve conversación con el pato hasta que se lo llevaron de nuevo a la cocina). Esta vez esta perfecto. El guiso de trigo supercremoso y el jugo increíble. Lo acompañaron de un bombón de foie y un granizado de manzana y rúcula (he visto al leer el menú que era rúcula pero yo le había entendido jengibre al camarero...). Nos dijeron que primero probáramos el pato y luego comiéramos de un bocado el bombón Después que volviéramos a comer pato y ya fuéramos alternando el pato con el granizado. La verdad es que el granizado compensaba muy bien la grasa del pato. Me pareció simplemente perfecto.
Yogurt, miel y cinco especias. Eso pone en el menú, aunque a nosotros nos lo presentaron como yogur, miel y canela. Fresco, ligero y perfecto para unir los platos salados con la tarta de chocolate que vino después. Tengo que decir que el plato era muy bonito (la verdad es que toda la vajilla fue alucinante) pero muy difícil para rebañar bien. Y estaba tan bueno que os aseguro que lo intenté a conciencia. Granizado de canela, espuma de yogur, palitos de yogur, crujientes de especias. Ya estoy ensalivando solo de recordarlo....
Y de postre tarta de chocolate!! Así la llamaron aunque en el menú ponía Chocolate, cacahuete y regaliz. No estaba rico. Estaba lo siguiente... Que buenooo. La base de cacahuete bien dulce, mezclado con el chocolate amargo, texturas cremosas y crujientes, y un bizcocho que al meterlo en la boca se deshacía casi como un algodón de azúcar. En mi vida había comido algo tan rico.
Y con el café seguimos con el festival de sabores, texturas... Unos petitfours a la altura del resto del menú.
Daditos de manzana. El recipiente tenia también un jugo en su interior que no recuerdo que era pero que sé que estaba muy bueno y fresco.
El dadito que hay en la palma de la mano sé que era algo ahumado. reconozco que no me gustó ni el sabor ni la textura. Y un cakepop cubierto de chocolate blanco que estaba increíble.
Una cajita con un bombón de vino tinto, un bombón de lima, una gominola (no recuerdo de qué) y un bizcochito de te.
En la copa dos macarons de fruta de la pasión y la cajita con los terrones de azúcar y la sacarina para el café.
Cuando nos trajeron la cuenta nos dieron también dos regalos: el menú que habíamos comido lacrado con el sello de Azurmendi, y un saquito con semillas de guisante lágrima para que la plantáramos. Ya tengo el tiesto preparado. Ahora solo falta que "el jardinero fiel" se encargue del resto del trabajo... Me pareció un detalle superchulo. Una muestra del trato que dan en Azurmendi a sus clientes y de su compromiso responsable con el entorno.
Tuvimos la suerte de que Eneko Atxa estaba ese día y se pasó por las mesas para saludar. Nos pareció tímido, humilde y alguien que de verdad agradece que la gente disfrute con lo que hace. Cuando le dijimos que había sido una experiencia increíble de principio a fin y que habíamos disfrutado de ella nos dijo "agradecido". Nuestra respuesta fue "no, agradecidos nosotros".
Y es que es así.
Volveremos, no el mes que viene jeje pero seguro que lo haremos.
Fue un cumpleaños perfecto. Así que gracias a Eneko Atxa.
Y a Urko que como siempre supo elegir el regalo perfecto. TQM.
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